La escultura de la loba capitolina, símbolo romano que coronaba el edificio del antiguo hotel Roma, vuelve a la Gran Vía madrileña tras ser trasladada hace años debido a la reconstrucción de la fachada.
Vuelve la loba de Gran Vía
El antiguo hotel Roma, ubicado en el número 18 de Gran Vía y uno de los primeros que se construyeron en Madrid hace más de 100 años, se coronaba con una reproducción de la famosa escultura romana de la loba capitolina. Con el paso del tiempo, muchos de los elementos decorativos del edificio fueron desapareciendo a causa de diversas reformas en su fachada.
La loba fue uno de ellos, así como las inscripciones «S.P.Q.R.» y la fecha «MCMXV» que la acompañaban. Ahora, la loba de bronce vuelve a las alturas de la Gran Vía en el edificio que será ocupado a partir de otoño por Wow Shop, un espacio multimarca y de recreo tecnológico que permitirá a las tiendas online tener un hueco en el mercado físico.
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La loba capitolina, símbolo de Roma
Luperca es el nombre de la loba que según la mitología romana amamantó y crio a Rómulo y Remo, fundadores de Roma, cuando el rey Amulio ordenó su ejecución, dando así origen a la leyenda sobre la creación de la ciudad. A día de hoy, su representación en medallas, monedas, joyas y mosaicos sigue siendo muy común.
Actualmente, la estatua en su honor llamada ‘loba capitolina‘, se conserva en el museo del Capitolio romano y se trata de una figura de bronce de 75 centímetros de altura y 114 de longitud. Esta representa a una loba en estado de amamantar a sus lobeznos, que en este caso se sustituyeron por las figuras de los niños Rómulo y Remo.
Aunque los orígenes de este símbolo han sido muy discutidos y durante años se generalizó la idea de que era una obra etrusca, las investigaciones de los últimos años concluyeron que se trata de una obra de la época medieval construida entre los siglos XI y XII. Las figuras de los niños fueron añadidas en el siglo XV y están atribuidas al escultor renacentista Pollaiuolo.