Ubicado en el distrito de Barajas, el Castillo de la Alameda realza ahora su valor patrimonial también por la noche con la reciente iluminación de sus recintos, lo que también habilitará el espacio para el desarrollo de nuevas actividades.
La iluminación del Castillo de la Alameda
Incluido dentro de la Red de Museos del Ayuntamiento de Madrid y ubicado en el distrito de Barajas, el Castillo de la Alameda es una de las escasas huellas de la arquitectura militar del siglo XV y uno de los pocos castillos que ha sobrevivido al paso del tiempo. Ahora, el espacio iluminará sus recintos también por la noche para realzar su valor y poder albergar nuevas actividades.
Los espacios del castillo fueron usados durante siglos para fines defensivos y ahora podrían pasar a ser escenarios de conciertos, representaciones teatrales o visitas guiadas nocturnas. Para continuar acondicionando el recinto para ello, se realizarán trabajos durante el mes de julio en los exteriores del castillo como la limpieza de malas hierbas en los caminos, la reparación de elementos metálicos o el tratamiento de maderas en la zona de entrada y el puente de acceso.
La nueva iluminación se plantea como un recorrido que permitirá conocer los elementos más relevantes del Castillo de la Alameda y contar su historia. Para ello, las zonas que originalmente tenían un carácter defensivo se han iluminado con una luz fría, mientras que para el exterior del núcleo principal se ha empleado una luz más cálida.
La historia del Castillo de la Alameda
El lugar en el que se ubica el Castillo de la Alameda es un espacio donde están representadas todas las etapas de la historia de este territorio situado entre Madrid y el valle del Jarama. Bajo él aun existen restos de antiguos asentamientos, desde la Edad del Bronce hasta la época romana.
El castillo en cuestión se construyó en el siglo XV como un espacio señorial para transformarse en el siglo XVI en un palacio renacentista. Entre los siglos XVI y XVII se alzaron en esta zona varias villas de veraneo de la aristocracia madrileña como el Palacete de los Duques de Osuna con su parque de El Capricho.
La Guerra Civil también llegó a esta zona, ya que albergaba el centro de mando del general Miaja. El mando de las operaciones estaba en el búnker de El Capricho, pero el castillo se empleó como fortín.