Esta mañana, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha concedido al pueblo madrileño la Medalla de Honor con motivo de la festividad de San Isidro y en reconocimiento a su ejemplar comportamiento frente a la pandemia del coronavirus. Mónica López, médico internista del Hospital Ramón y Cajal, ha sido la encargada de recibir el galardón en nombre de los más de tres millones de vecinos de la capital y Mario Vargas Llosa se ha encargado de la ‘laudatio‘. ¿Cómo ha sido este emotivo momento?
Medalla de honor Madrid: laudatio de Mario Vargas Llosa
El premio Nobel Mario Vargas Llosa ha dedicado una laudatio al pueblo de Madrid durante este acto, con motivo del día de San Isidro, celebrado en la galería de cristal del Palacio de Cibeles, en el que ha querido resaltar «el heroismo silencioso y consistente de los madrileños para derrotar a una pandemia medieval», además de su amor por la libertad y su gran solidaridad.
En este discurso se ha querido poner en valor el papel de todos y cada uno de los madrileños, tanto el de los sanitarios, como el los trabajadores de los supermercados, el del personal de seguridad y demás profesionales que han contribuido a que Madrid esté derrotando la pandemia en una lucha en condiciones tan difíciles, ha indicado el escritor.
También ha advertido que, aunque Madrid está ganando una primera batalla contra la pandemia, todavía tendrá que librar otra más contra las secuelas que está dejando tanto a nivel social como económico y que va a requerir «un heroísmo menos espectacular, pero más silencioso».
Por último, ha querido señalar que en el futuro habrá mejores aptitudes para dedicar a la ciencia y a la técnica que, poco a poco, van conquistando los recursos necesarios para no tener sorpresas tan desagradables como esta «para la que ningún país estaba preparado y que nos ha vuelto, seguramente, menos arrogantes y más humildes».
Por su parte, Almeida ha afirmado que aunque mayo en Madrid es sinónimo de primavera, luz y fiesta este año, desgraciadamente, no ha podido ser así. «Pocos San Isidro más tristes podríamos imaginar» ha apuntado.