Hoy nuestro paladar nos lleva al barrio de Salamanca en Madrid para conocer un nuevo restaurante del que hemos escuchado muchas cosas. Se llama Kiboka y está en calle General Pardinas. Se define como un restaurante de comida japonesa de autor, con toque chinos, fusionado con marisquería asiática. Suena interesante, ¿no?
Kiboka Madrid es el proyecto personal de Quifeng Lin, joven chef chino que aquí todos llaman simplemente «Dani». Él es originario de Fujian, provincia en la costa sureste de China. Ahí empezó su amor por el pescado y el marisco, al que se añadió su pasión por la comida japonesa. Hace 15 años llegó a España y después de varias experiencias en locales asiáticos ha decidido abrir Kiboka, donde los platos japoneses tienen su toque personal y la influencia de su país natal.
El local es precioso y tienes dos espacios con estilos diferentes. A la entrada encontramos una zona «callejera» con mesas altas y referencias a China; un toque canalla que nos gusta. El comedor, de estilo japonés, es muy elegante y le aporta un contraste interesante. Y no falta una amplia barra donde igualmente se pueden degustar todos los platos de Kiboka.
Índice
Descubrimos la carta de Kiboka Madrid
Nuestra cena empieza con una degustación de Gunkan que nos conquista antes por la vista (los colores y los detalles del plato son fantásticos) y luego por el paladar. Los sabores están perfectamente integrados, es una joya comer bocados tan ricos.
En una carta tan variada e interesante nos llama la atención la ensalada de medusa, ¿la habéis probado alguna vez? La verdad es que probarla ha sido toda una experiencia. La textura es distinta, algo crujiente y el sabor de mar se potencia con las verduras y el aliño del plato. ¡Aprobado!
Seguimos con dos platazos: tempura rollo (de diez) y ebi chili (gambas salteadas con una salsa bien picante). Las manos expertas de Dani aportan exquisitez a cada plato.
El postre también tiene protagonismo en Kiboka. Los machis están buenísimos (nosotros probamos los de fresa y yuzu), la trufa de té verde no puede faltar.
¿Y para beber? En Kiboka tenéis todo tipo de productos japoneses y chinos y hay una carta específica para el Sake. Dani nos cuenta que esta bebida fermentada, elaborada con arroz, agua y hongo koji, se utiliza en japón para acompañar la comida, como si fuera un vino. Es todo un mundo, hay sakes espumosos, secos, dulces… Aquí puedes elegir entre más de 10 variedades de sake, para todos los gustos y bolsillos (la botella más barata vale 18 €, la más cara 110 €), y también podéis pedir por copa.
El servicio es excelente; el ticket medio es de 30-35 €. Hay menú del día entre semana por 13,95 €.
En definitiva, Kiboka es totalmente recomendado para una comida o cena japonés de alto nivel en el barrio de Salamanca, con platos asiáticos a los que estamos más acostumbrados (perfectamente ejecutados) y otras verdaderas sorpresas. El bonito ambiente con iluminación tenue completa la experiencia. ¡Para volver y volver!